
LONDON
London fue el primero de los muchos viajes que espero hacer con la Puti, al que hay que sumar la mini escapada a Asturias (con proposición indecente a una orgia, incluida) y, en breve, la visita a la isla de Fidel Castro, que este año no sufrirá los típicos huracanes porque pensamos arrasar, con la inestimable ayuda del personaje que hemos adoptado para este grandioso viaje, La Habana y sus alrededores, sus playas, sus bares de jazz y el malecón, donde enseñaremos a todos cómo se hace un botellón de verdad.
Bueno, que me voy por las ramas, estaba en London (noviembre de 2005). No es una ciudad que me guste en exceso. Tenía muchas ganas de ir, pero no sé aún si esperaba demasiado de ella y por eso me quede un poco decepcionada. Pese a todo, me lo pase en grande, nos hicimos las típicas fotos, cual turistas de pro, en la cabina, en los autobuses de dos pisos, con el Big Ben, o sujetando la noria... pero me reventó no poder comprarme mucha ropa (los precios están por las nubes y mis bolsillos tenían telearañas...) y eso es algo que no se olvida jejeje.
Desde aqui, quiero volver a darle las gracias a Sara por acogernos en su casa y por ese irrepetible botellón que hicimos en el metro londinense ;)
1 comentario:
con el fin de dar por zanjados esos mordaces comentarios sobre los comentarios paso a referirme a su viaje a Londres.
Efectivamente fue el primero de un serial de escapadas en las que reina la apatía, el desanimo y el furor por regresar al hogar valensiano. Fue la primera, llegó despues esa tortura llamada cuba sobre la que, por cierto, usted aun no se ha dignado teclear una sola palabra. Cualquiera diria que su unico objetivo es olvidar el tortuoso periplo caribeño porque puestos a indignarse yo lo hago por esa ausencia.
Y sobre las presencias decirle que me alegro tanto de haberle descubierto como compañera de viaje que casi me muero! jeje
Proxima parada: Marrakech o cualquier lugar del mundo con el trio de pus, franxu, c&c... no estaria mal. Aunque mientras llega siempre nos quedara esa hermosa noria inalcanzable, el frío de Oxford, las compras que nunca llegaron y la grandeza de Canterbury. Uff
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